Pilar ha creado SIPAM, un servicio de salud integral para mujeres que tiene como objetivo capacitar a las mujeres para que se ocupen de su propia salud y presionar a las autoridades sanitarias para que mejoren las instalaciones de salud existentes y las actitudes en nombre de la profesión médica.
Pilar es antropóloga formada en la Universidad de Veracruz, y aunque trabajó por un corto período en investigación antropológica, se involucró en el sector ciudadano. Fue fundadora de una de las organizaciones más importantes de México en el área de vivienda llamada Casa y Ciudad, y coordinó su división de investigación y capacitación. A partir de ahí se involucró más en el área de la salud como investigadora en el Centro Universitario de Educación Tecnológica para la Salud, trabajando específicamente en un análisis del sistema de salud mexicano. Al mismo tiempo, también participó en la organización de mujeres de uno de los partidos políticos de izquierda de México. Ella dejó el movimiento político, sin embargo, desilusionada con lo que ella llama las "intensas y amargas luchas ideológicas internas". Y fue luego de este período que decidió formar la asociación Salud Integrada de la Mujer (SIPAM) compaginando su trabajo en salud con su preocupación por la mujer y la justicia social. Feminista comprometida, Pilar también participa en una serie de publicaciones para mujeres a nivel de base.
El SIPAM fue creado por Pilar y otras tres mujeres preocupadas tanto por el estado de salud de la mujer como por la atención generalmente pobre que reciben las mujeres en los centros médicos que a menudo rozan el abuso. La idea es establecer un centro donde las mujeres puedan participar en talleres donde aprendan no solo a cuidar la salud de su familia sino también las habilidades organizativas necesarias tanto para buscar como brindar alternativas de salud. Pilar ha ideado un programa de formación integral que se centra en tres grandes grupos que, en su opinión, han sido particularmente desatendidos en términos de atención médica: mujeres jóvenes, embarazadas y amas de casa.
A pesar de que las estadísticas oficiales sobre salud en México indican que el 94% de la población tiene acceso a la atención médica, estudios recientes han sugerido que hasta 30 millones de personas no tienen acceso a la atención médica permanente. En cuanto a las mujeres, cabe señalar que más del 47% de las mujeres no cuentan con atención médica durante el parto, lo que se acerca al millón de mujeres. Esto tiene repercusiones obvias en el área de la morbilidad materna y las tasas de supervivencia infantil. Sin embargo, el aborto, ilegal en México, todavía se practica y se estima que entre una cuarta parte y la mitad de la población femenina de México ha tenido un aborto en alguna etapa de su vida. De estas, Pilar sostiene que unas 50.000 mujeres mueren anualmente por las insalubres condiciones en las que se practican los abortos “clandestinos”. Estas cifras no son de extrañar si se tiene en cuenta que la Encuesta Nacional de Salud y Fertilidad encontró que en 1987, el 64,7% de las embarazadas manifestaron que sus embarazos no eran deseados. La problemática de la salud de la mujer en México se relaciona además con una clara falta de calidad en los centros y clínicas de salud donde existen. Simplemente en términos de gasto público de 1982 a 1987, el gasto en esta área disminuyó de 2.6 a 1.7% a pesar de que la Organización Mundial de la Salud ha determinado que debería ser el 8% del producto interno bruto del país.
Pilar tiene muy clara la estrategia y la divide en tres niveles de acción diferentes: autoayuda, autosuficiencia y cambio social. Cada uno conduce al otro. Al capacitar a las mujeres en autoayuda, adquieren conciencia de la necesidad de organizar sus propios recursos y, por lo tanto, se vuelven autosuficientes. Al mismo tiempo, sin embargo, afirma que sin un cambio social, en este caso, la democratización de la medicina, a la larga nada va a mejorar. Entonces, una estrategia central del SIPAM es trabajar con personal dentro del propio sector salud. Concretamente, el propio SIPAM trabaja con tres grupos específicos: jóvenes, mujeres embarazadas y amas de casa. Los jóvenes participan en un taller de formación de teatro para la salud y Pilar está instalando un sistema de becas para los jóvenes que participan. A través de las subvenciones, espera que los jóvenes obtengan un mayor respeto por sí mismos y reciban un mayor apoyo familiar debido a sus ingresos. SIPAM también ofrece lo que ellos llaman un “espacio joven”, un espacio donde los jóvenes pueden venir y hablar sobre los problemas que los afectan y abordar temas relacionados con la sexualidad. Un tercer aspecto del trabajo con los jóvenes es la orientación vocacional. Aquí el énfasis está en estimular a los jóvenes para que continúen sus estudios. En el trabajo de SIPAM con mujeres embarazadas el objetivo es no solo impartir formación en técnicas de parto natural, sino también fomentar una imagen más positiva de la maternidad. Con tantas conversaciones entre las feministas sobre el derecho a elegir en relación con el aborto y la necesidad de su legalización, la opción alternativa de tener hijos se ha devaluado. SIPAM busca recuperar la riqueza y dignidad de la maternidad. Finalmente, el trabajo de SIPAM con amas de casa se enfoca en enseñar habilidades prácticas como confección, tejido y peluquería. La idea es que a través de estos grupos informales Pilar pueda abrir a las mujeres a participar en otros escenarios. “Si los invitas a que vengan y hablen sobre la sexualidad sin siquiera conocerlos, es probable que nunca vengan. Si las conoces primero y formas un grupo informal de amas de casa, todo lo demás sigue naturalmente ".
Pilar Muriedas